Deseo compartir con ustedes algo fantástico, algo de lo que, todavía, no tengo una respuesta razonable.
En mí biblioteca poseo una parte donde van a parar los libros que adquiero, para luego, clasificarlos y colocarlos en su lugar. Hoy tomé el libro de Grassi, sentí en forma instantánea una conexión, cierta ingravidez y lo observé por un momento pensando que le faltaban páginas, ya que poseo libros de la misma colección; luego, comencé a leer un poco de sus páginas… pero algo no estaba bien, sentía algo extraño, inexplicable…
Tengo la costumbre, manía o quizá cierta extravagancia, de siempre abrir un libro por la mitad… así que lo puse sobre el escritorio y comencé a observarlo y encontré una dedicatoria y un sello, con una parte clara que dice “ALEJANDRO CARRAFANCQ ARQUITECTO”. No tiene nada extraño que un libro de arquitectura haya pertenecido a un arquitecto, lo especial de éste es a quien ha pertenecido y sin duda, de alguna extraña forma, aún pertenece. Luego, entre las páginas 140 y 141, encuentro un papel con la siguiente frase: “la decisión de ser, es un riesgo; y no hay creación sin riesgo” firmada por Eleonora ¿quién es Eleonora? La frase, hasta donde pude investigar, pertenece a un pensador brasilero, Rubem Alves. Ese papelito, con una frase tan potente, habla de muchas cosas ¿quizá la recibió de Eleonora en un momento muy particular? ¿estaría leyendo el libro al momento de recibir la frase? ¡cuántas historias!
Alejandro Carrafancq fue Profesor de Historia en FADU-UBA y falleció en el año 2017, por todo esto es que este libro muy común, con textos que son obligatorios en muchas Escuelas de Arquitectura, se transforma en algo muy especial para mí… la cantidad de veces que pudo ser consultado, cuando ha servido para “armar una clase”, la cantidad de arquitectos que ha formado… lo transforman en algo singular.
Saben de mi apego por los libros usados que poseen una historia propia y sin dudarlo, este posee una grandiosa, un libro que formó parte de la biblioteca de un Profesor de Historia de la Arquitectura, un libro que en mi manos posee cierta y extraña ingravidez, porque quizá el alma del libro ya no está aquí y todavía acompaña a su dueño.